Cuando en alguna conversación escuchamos la palabra «adicción», inmediatamente la relacionamos con las drogas y el abuso de alcohol. Sin embargo “adicción” significa mucho más que drogas y alcohol. En el sentido estricto, una adicción es la compulsión habitual de utilizar una sustancia, o participar en una actividad sin mucha consideración por sus efectos perjudiciales sobre la salud, el bienestar social, financiero y mental de una persona. Pero ¿qué nos hace llegar a ésta compulsión?

Naturalmente los seres humanos segregamos ciertas sustancias que hacen tener sensaciones de bienestar, al nacer, estas sensaciones se producen por el contacto y la relación con la madre, la atención y cuidados que ella brinda o en su defecto las personas con quienes conviven ella y el bebé; sin embargo, a través del tiempo la manera de establecer estas relaciones se han alterado, además de que el ritmo de vida actual ha promovido una desconexión, pero la necesidad de contacto y felicidad sigue latente. Es entonces que cuando el bienestar no se encuentra en la conexión persona a persona, se busca reemplazar con objetos, sustancias o situaciones (drogas, comida, apuestas, etc.) lo cual crea una sensación de control, se produce un cambio en el estado de ánimo placentero. La capacidad de producir este cambio placentero es necesario para que un  objeto o conducta tenga un potencial adictivo.

La disponibilidad del objeto o conducta ayuda a determinar la elección como forma adictiva, entre más disponibles los objetos o conductas es mayor la cantidad de personas que establecen relaciones adictivas con ellos, lo anterior se traduce en el deseo de controlar los momentos de felicidad y prolongarlos.

El proceso adictivo es muy seductor porque vende promesas falsas y vacías a través de:

  • Sensaciones, las cuales se “controlan a través de sustancias (droga, comida, etc.) codependencia (personas), videojuegos.
  • Sexo
  • Poder
  • Dinero
  • Fama

Las promesas falsas de liberación y seguridad emocional, la falsa sensación de plenitud llevan a las personas a cambiar una adicción por otra, reconocer el  hecho de estar en riesgo de estar inmersos en este proceso ayuda a enfrentar la adicción, por supuesto acudir con un profesional cuando haya sospecha de adicción ayuda desde la prevención y/o confirmación del diagnóstico, hasta la atención  durante el proceso de rehabilitación.

Mtra. Erika G. Cervantes Ramos

Psicoterapeuta Integral en Adicciones

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