Los golpes en la cabeza son una situación común e inevitable en la infancia, sin embargo, pueden llegar a tener resultados graves que pueden ser oportunamente evitados.

Esto se va a manifestar de varias formas y aquí te ayudamos a identificar situaciones de alarma que deben llamar tu atención para poder actuar de forma oportuna con el apoyo de un médico especialista:

1. Somnolencia Ya sea inmediatamente o algunos minutos después del traumatismo, el estado de alerta puede verse comprometido, al grado de no despertar por completo durante unos segundos o pocos minutos (algo parecido al mecanismo del “knock out” en los boxeadores), pero con recuperación completa o, por el contrario, cada vez más tendiente al estado de sueño, indiferencia al medio o cambios conductuales y alteración de memoria. Por eso es necesario vigilar de forma estricta el estado de vigilia de la persona y evitar que duerma durante las primeras ocho horas posteriores al golpe.

2. Vomitos en proyectil o repetitivos El aumento de la presión dentro del cráneo produce irritación de las membranas meníngeas que cubren las estructuras neurales y esto estimula el reflejo de náuseas y vómito en una forma muy potente. Es importante siempre mantener en posición semisentado o sentado al paciente para evitar que restos del mismo contenido gastroalimentario se dirijan a la vía respiratoria (broncoaspiración), ya que puede ocasionar ahogamiento súbito o el desarrollo de neumonía química.

3. Convulsiones Definitivamente es el reflejo de un insulto a la corteza cerebral, puesto que esta es el sitio generador de crisis convulsivas y es consecutiva a la irritación generada por fracturas hundidas o hematomas cerebrales, por ello es necesario la vigilancia estricta continua, ya que existe el riesgo de desarrollar un “status epiléptico” (convulsiones continuas) que puede ser mortale. Se debe recostar de lado, evitar morder la lengua con un objeto entre los dientes y no manipular objetos punzocortantes.

4. Debilidad También llamada en el gremio médico “paresia”, puede presentarse en una extremidad (monoparesia), medio cuerpo (hemiparesia) o en la cara (parálisis facial), debida a compromiso de zonas de representación motora o vías de relevo del movimiento. Esto ocasiona alteración del equilibrio y la marcha. Insistimos en la observación estrecha de la persona afectada puesto que en ocasiones ellos mismos no son conscientes de la deficiencia que muestran y puede ser demasiado tarde la atención.

5. Alteraciones en la vision y salida de liquido por la nariz u oidos El aumento de presión en la cavidad intracraneal comprime los nervios ópticos y disminuye la agudeza visual o puede existir fobia a la luz. Así mismo los golpes pueden ocasionar fracturas y salida de líquido claro (líquido cefalorraquídeo) de huesos de nariz y senos paranasales (rinorraquia) o del oído (otorraquia) y ocasionar infección, ya que estas cavidades no son estériles, provocando neuroinfección (meningitis o encefalitis) y riesgo de secuelas importantes o muerte. Es el médico quien considerará el uso de antimicrobianos.

La valoración médica y los estudios de imagen son indispensables para diagnosticar, tratar y prever consecuencias neurológicas importantes, que se van a traducir en secuelas ya sea temporales o permanentes en nuestros pequeños.

Recuerda siempre observar, cada padre sabe lo que es normal en su hijo, y si algo sale de esa “normalidad” habrá que tomar cartas en el asunto. No olvides acudir a tu médico ante cualquier duda y ten en cuenta que la calidad de vida de tu familia está en tus manos.