La comunicación es vital para las relaciones humanas, es el intercambio de información entre dos o más personas y puede manifestarse de diversas maneras. Podemos dividirla en comunicación verbal y la comunicación no-verbal, siendo la primera, conversaciones por diferentes medios, y la segunda a través de expresiones, gestos, sonidos, etc.
Cuando comunicamos puede darse de manera efectiva o inefectiva, siendo varios los motivos que pudieran influir.
Como adultos es de suma importancia comunicarnos abierta y efectivamente con los niños, propiciando no solo al beneficio de ellos sino al de la familia, aula de clases o algún otro grupo social del cual formen parte.
Cuando hablamos sobre la relación padre (cuidador) y niño, mejora mucho su conexión si existe la comunicación efectiva. Generalmente si la comunicación entre padres, cuidadores e hijos es buena, sus relaciones serán buenas también.
Los niños aprenden a comunicarse observando a sus padres y cuidadores, por ello es de suma importancia cuidar la manera en la cual les comunicamos, porque será lo que observen, aprendan e imiten, beneficiándolos o perjudicándoles en el día a día. Desde pequeños debemos acompañarlos, guiarlos y reforzar sus habilidades para comunicarse con la intención de beneficiarles el resto de sus vidas.
Una comunicación efectiva contribuye a crear un clima de confianza, empatía y seguridad para su óptimo y sano desarrollo y crecimiento, haciéndolos sentir comprendidos, importantes y seguros. Dicha comunicación podremos verla reflejada también en su autoestima y habilidades sociales.

Es bueno comenzar a comunicar a cualquier edad y sobre temas diversos, tomando en cuenta la edad del menor. A continuación algunas recomendaciones:
Muestra disponibilidad
- Observa los momentos en los que el menor está más dispuesto a hablar (por ejemplo, camino a la escuela, durante la comida, antes de dormir, etc.).
- Inicia la conversación, haciéndoles saber tu interés en su vida.
- Reserva tiempo cada semana para hacer actividades a solas con cada uno de tus hijos.
- Muestra interés por las actividades que le gustan a tus hijos y aprende de ellas.
- Inicia las conversaciones compartiendo y no con una pregunta, evita que parezca interrogatorio. Fluirá dando y recibiendo información.
Hazles saber que los escuchas con interés
- Cuando tus hijos hablen sobre un tema que les interesa, inquieta o preocupa, pausa lo que estés haciendo y escúchalos.
- Muestra interés en lo que dicen sin invadir su privacidad.
- Permite que termine de expresarse antes de responder, aunque resulte difícil, escucha su punto de vista sin interrumpir.
- Asegúrate de haber entendido correctamente, una opción es repetir lo que comprendiste.
Comunícate al nivel del niño
- De acuerdo a su edad.
- Haz contacto visual, de este modo te aseguras de que te escuche.
- Físicamente a su nivel, sea agachado, en cuclillas o de rodillas, así se sentirá menos amenazado y estará más abierto a escuchar.
- Frases directas y breves.
- Evita distractores.
Responde de manera que tus hijos realmente te escuchen
- Suaviza las reacciones fuertes.
- Expresa tu opinión pero sin menospreciar la de ellos, está bien no estar de acuerdo en todo.
- Da prioridad a los sentimientos de tus hijos
Recuerda que la conexión emocional con nuestros hijos empieza con la comunicación.