Si creemos que; inscribiendo a nuestros hijos en una Escuela de alto prestigio tenemos asegurada su buena educación, nada más erróneo que pensar así, obtendrá conocimientos actualizados y de buen nivel, sin embargo, la obtención de éstos no basta para que el educando obtenga la preparación suficiente para enfrentar los retos que nos da la vida.

La educación debe tener como objetivo brindar los conocimientos suficientes para que el educando logre una integración social total, sin importar cuál sea el ámbito en el que se piense desenvolver. La educación debe ser integral y requiere de la participación activa y certera de tres factores muy importantes e indispensables para lograr dicho objetivo.

Estos tres factores y en orden de trascendencia son: la FAMILIA, la ESCUELA y el ESTADO.

La Familia representa la base más sólida de la buena educación y no el complemento de la escuela como se supone. La familia es el soporte más importante en el desarrollo de la sociedad. Marca para siempre el bien o el mal comportamiento de los hijos, por lo que las enseñanzas o consejos dados, deben ser meditados y medidos.

La Familia tiene la enorme responsabilidad de trasmitir a sus integrantes, los valores idóneos que habrán de sustentar sus hechos y acciones durante el transcurso de su vida y desempeño laboral. Estos valores deben estar basados en la moralidad, la buena convivencia,  el respeto y el amor propio.

A la Escuela le corresponde trasmitir la información y conocimientos suficientes para que el niño pueda desarrollar en su totalidad sus habilidades y destrezas, a fin de encontrar la riqueza de sus potenciales, mismos que deberá fomentar y trasmitir a los familiares para su seguimiento y que puedan ser aprovechados.

En la Escuela, se deben resaltar los valores, no sólo morales, sino también los institucionales, los derechos y obligaciones y el cumplimiento de normas y leyes.

Un dato muy importante para los que “enseñan”, es el que no deben olvidar que el “niño” es un ser biopsicosocial único e irrepetible y como tal debe ser tratado, ya que  cada uno tiene sus propias capacidades de comprensión y asimilación de conocimientos.

Por otra parte la interrelación Familia-Escuela, a través del seguimiento de resultados de aprendizaje, de mejoras de enseñanza, etc. es medular para que pueda darse una educación integral y lograr las metas propuestas.

Al Estado le corresponde brindar todas las facilidades posibles para que lo anterior pueda ser posible en pro de una EDUCACIÓN PARA LA CONVIVENCIA Y EL BUEN VIVIR.

ISAIAS MURILLO LOEZA

MASTER EN PSICOLOGIA EDUCATIVA.