El reflujo consiste en el retorno del alimento desde el estómago hacia el esófago, hasta llegar a la boca. En el caso de los bebés, alimentados sólo con leche, ésta sale casi como entró, aunque como ya tuvo contacto con los ácidos estomacales, los padres se pueden dar cuenta que presenta un ligero olor ácido.

Si el reflujo es frecuente, el esófago puede sufrir daños debido al paso de las sustancias ácidas por ser un órgano que no esta preparado para recibirlas. (Es parecido a lo que se siente con las agruras).

Observa si a tu bebé le pasa esto:

  • Llora constantemente y se muestra irritable
  • Rechaza los alimentos o se llena fácilmente
  • Regurguita (regresa una pequeña cantidad de leche por la boca)
  • Su talla y peso no están aumentando de acuerdo a su edad.
  • Sufre tos recurrente o se ahoga como si se le hubiera ido por otro lado.
  • Tiene hiperextensión de cuello o se le va la cabecita para atrás.

Es muy importante que sea revisado por un pediatra. Debido a que este padecimiento puede generarle úlceras crónicas en el esófago como la más grave de las consecuencias.

Por lo pronto te damos estos tips:

  • Jamás dejes solo al bebé tomando el biberón porque puede broncoaspirar y asfixiarse.
  • Después de alimentarlo NO deberás acostarlo. Espera de 10 a 15 minutos.
  • Dale golpecitos en la espalda para que expulse el aire deglutido.
  • Evita movimientos o juegos bruscos después de darle de comer.
  • Se recomienda alimentarlo con mayor frecuencia pero con menores cantidades de comida y evitar darle grandes volúmenes de leche o alimento.
  • Al cargarlo mantenlo erguido y al alimentarlo en la posición más parecida a la de amamantar.