Un berrinche es una manifestación de la personalidad del niño y son sus ensayos para defender lo que se quiere. ¡No quiere fastidiarnos la vida, solo se manifiesta! El objetivo del berrinche es obtener lo que quiere.

Estas son señales de berrinche:

  • No escucha razones, ni explicación alguna. Se encierra en el cuadro de rabieta y pataleta.
  • Incluso si tratamos de complacerlo brindando lo que el niño quería inicialmente, muy probablemente ya no lo quiera.
  • Algunos lloran o tosen tanto que incluso llegan al vómito.
  • Es un llanto enfurecido, catártico.
  • Otra característica muy marcada es que normalmente el berrinche solo tiene impacto con un «público» presente; si el niño se encuentra solo, se va calmando.

Partiendo de esos puntos es de suma importancia que el niño no consiga un buen resultado con berrinches, sino llevarlos a la conclusión de que hay que aprender a negociar, y a recibir negativas como respuestas.

Revisa también si no ha habido alguno de estos cambios en la vida de tu hijo:

  • Si hay alguna modificación en casa que «amenace» su bien estar (separación de padres, peleas, un ambiente hostil).
  • También cuando sus padres están muy preocupados (el pequeño percibe que algo no está bien)
  • Entrada a la escuela o cambios.
  • Viaje de los padres por varios días.
  • Llegada del hermano.

En fin, hay un universo de posibilidades que pueden llevar a un niño a estar muy lloroncito, ocupando un “apapacho» o una atención extra y platicar con él observar que lo tiene tal vez triste.

Isabelle Schmitt De
Miranda Cunha.
Directora de Centro
Domi de estimulación
Temprana.
Cel. 44 31 70 54 48