Hace 4 años mi vida y la de mi esposa nos cambió de la mejor manera posible. Un rayo de luz entró en nosotros y nos hizo padres por  primera vez. Nuestra alegría era tan grande que nunca dimensionamos cómo ese pequeño de 45 cm y menos de un kilo revolucionaría cada aspecto de lo que fuimos, somos y seremos.

El ser papá por primera vez es todo un caos lleno de energía, conocimiento, reflexión (o eso fue en nuestro caso) y aunque es, como dije, un punto de inflexión en la vida de uno, nadie te prepara para eso.

Uno hará su mejor esfuerzo, usará su memoria de cómo fue educado por sus padres y abuelos, leerá al respecto (si tiene tiempo entre mamilas, pañales, desvelos, trabajo…) pensará y definirá qué es lo mejor para su hijo, pero siempre terminará siendo “el  peor papá del mundo”.

Porque esa fue la primera regla que aprendí cuando fui papá por primera vez: todos tienen y tendrán una mejor opinión de cómo es la mejor forma de educar, vestir, alimentar, cambiar el pañal, llevarlo de paseo, dormirlo, despertarlo, comprarle, no comprarle juguetes,  a tu hijo que tú mismo.

Y cada decisión que tomas nunca será la mejor, ergo: terminas siendo el peor papá/mamá del mundo mundial.

¿Qué hacemos ante tal primer problema? Decidir, entre tú y tu pareja y defender su posición a pesar de la crítica dominical que se dará en la comida familiar, en el grupo de Whatsapp y hasta en el Facebook.  La otra es hacerle caso a todo mundo y volverte loco, algo que no ayuda sobre todo a nosotros nuevos papás que dormimos poco, comemos nada y trabajamos mucho para lograr que nuestro hijo esté lo mejor posible.

No quiere decir que no podamos analizar los consejos, pero la cuestión es que tu tía, tu mamá, tu abuelita, tu amigo de la oficina, tu psicólogo, el veterinario que le corta el cabello a tu mascota (sí hasta él tiene siempre una mejor opinión que tú)  pueden tener un veredicto sobre las decisiones a tomar hacia tu hijo, pero nunca comprender del todo lo que uno vive diariamente y por lo tanto, la falta de contexto hace que la mayoría de los comentarios sean inaplicables y muchos de ellos hasta parecen que salidos de algún cuento  o de princesas o de terror (¿en serio lo soplar  la mollera para que tu bebé no se vaya a privar durante el llanto ?).

En esta nueva sección estaré platicando sobre nuestra experiencia como papá primerizo pero me gustaría que me compartieras tus experiencias y tu opinión acerca de lo que escribo. Envíame correo a [email protected].

EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO: cómo elegir el nombre de tu hijo y no morir (en la comida familiar) en el intento.

Por el Sr. H.